El sueño en una parte esencial en la vida diaria. Aunque por lo general es un tiempo de curación, hay cambios en la fisiología del cuerpo y en el posicionamiento que pueden tener una incidencia negativa en el glaucoma y la presión ocular.
Este artículo pone de manifiesto cómo el sueño puede afectar la presión ocular, el flujo sanguíneo al nervio óptico y la progresión del glaucoma.
Presión intraocular durante el sueño
La presión ocular se ve afectada por el índice de producción y drenaje del fluido acuoso. Aunque la producción de fluido acuoso disminuye durante el sueño, la presión intraocular aumenta debido a la obstrucción del sistema de drenaje que se provoca al estar acostado. En general, la presión ocular aumenta entre un 10 y un 20 % cuando se toman en cuenta ambos efectos.
Flujo sanguíneo al nervio óptico durante el sueño
Por lo general, la presión sanguínea disminuye durante el sueño y permanece baja durante toda la noche. Esta duración prolongada de la hipotensión relativa se ha asociado a un empeoramiento del glaucoma. Sin embargo, en algunos pacientes hipertensos una presión sanguínea más baja durante la noche puede reducir ciertos riesgos cardiovasculares. En aquellos pacientes cuyo glaucoma esté empeorando a pesar de que parezcan tener un buen control de la presión sanguínea, ya sea el paciente o el oftalmólogo deben hablar con el médico de atención primaria o internista para ver si es factible realizar de forma segura una disminución de los medicamentos de la noche para la presión sanguínea.
Apnea del sueño
Otro proceso que puede ocurrir durante el sueño y podría afectar el glaucoma de manera negativa es la apnea del sueño. Algunas personas, en especial aquellas que tienen sobrepeso o ronquidos fuertes, pueden ser propensas a episodios de interrupciones parciales o totales de la respiración que suceden durante el sueño. Es posible que el paciente desconozca por completo estos episodios, pero el compañero de cama puede advertir sonidos de jadeo o ahogo. Durante estos períodos de ausencia o reducción de la respiración, hay una disminución del oxígeno que va al nervio óptico lo que causa un daño mayor en los pacientes con glaucoma.
Además, es posible que estos episodios durante la noche estén acompañados por fatiga y somnolencia durante el día. Los pacientes con apnea del sueño tienen más probabilidades de tener glaucoma y, aunque no es común, los pacientes con glaucoma son más propensos que la población general a tener apnea del sueño. Debido a que la apnea del sueño puede causar un empeoramiento del glaucoma, es muy importante reconocer su presencia y tratarla de la manera adecuada.
En cualquiera de las condiciones mencionadas, la colaboración estrecha entre el oftalmólogo y el médico de atención primaria puede salvar la visión y también la vida del paciente.
Beneficios de un sueño adecuado
Por último, demasiado o muy poco sueño se ha asociado a un empeoramiento de los defectos en el campo visual en pacientes con glaucoma y a una tasa mayor del glaucoma. La cantidad ideal de sueño es diferente para cada individuo pero varía de cinco a nueve horas. Además, se ha demostrado que el sueño adecuado beneficia a los pacientes con condiciones como enfermedad de Alzheimer, enfermedad cardíaca, enfermedad renal, presión arterial elevada, diabetes, accidente cerebrovascular y obesidad; afecciones que también pueden estar presentes en pacientes con glaucoma.
Fuente: www.glaucoma.org